Instan a visitantes a no alimentar a los animales silvestres
Durante las visitas a reservas naturales de la Itaipu u otra área protegida.
ITAIPU, en su Margen Derecha, administra ocho áreas protegidas donde habitan diversas especies de fauna. En las reservas naturales que están abiertas al público, además del Refugio Biológico de Mbaracayú, algunos animales pueden resultar amistosos y sociales con los seres humanos; sin embargo, los profesionales de la Binacional advierten que no es recomendable darles alimentos, dado que esto puede causarles mucho daño y hasta la muerte.
En la Reserva Natural Tatí Yupí, situada en la ciudad de Hernandarias, se observan frecuentemente ejemplares de coatíes (Nasua nasua), monos capuchinos (Sapajus cay) y urracas (Cyanocorax chrysops). Estas especies se acercan a los visitantes, quienes suelen invitarles un poco de sus víveres. En ocasiones, los propios animales roban los comestibles de los turistas, ya por haber desarrollado la costumbre al alimento.
La División de Áreas Protegidas de ITAIPU, dependiente de la Superintendencia de Gestión Ambiental, remarca que los animales silvestres tienen una dieta compuesta por recursos naturales presentes en el hábitat donde viven. Aunque pueda verse como un acto de cariño hacia ellos, proveer alimentos comunes en la dieta humana puede alterar su forma de relacionarse con el entorno y tener consecuencias peligrosas.
Algunas de estas alteraciones de comportamiento podrían ocasionar que los animales dejen de tener miedo a los humanos, por la costumbre de que reciben comida al acercarse a las personas. Esta situación podría volverlos más vulnerables a la cacería furtiva, al igual que agresivos cuando se aproximan y no reciben lo que buscan. En este último caso, pueden convertirse en un peligro en los espacios de uso público como son los lugares de recreación de las áreas protegidas.
Los animales salvajes alimentados por humanos se vuelven dependientes y, a largo plazo, disminuye su capacidad de supervivencia, además podría fomentar las migraciones a áreas pobladas por humanos. Igualmente, son muy vulnerables a las enfermedades humanas, por lo que se debe tener en cuenta el riesgo que representa darles comida que ya ha sido manipulada, ya que se podría estar transfiriendo bacterias. Esto puede causar graves enfermedades que no son comunes en animales silvestres y para las cuales no tienen defensas.
Necesidades nutricionales
La nutrición es otro factor importante a tener en cuenta a la hora de dar de comer a animales silvestres. Su sistema digestivo no está preparado para digerir alimentos procesados que consumen los humanos. Además, generalmente estos comestibles no se adaptan a sus necesidades nutricionales.
Por otro lado, los animales salvajes cumplen un rol fundamental en la preservación de los bosques. Al comer frutos y semillas de plantas nativas, los animales diseminan las semillas dentro del bosque a través sus excrementos. Alimentando a los animales podemos alterar este comportamiento e incluso se podrían estar introduciendo semillas de especies exóticas a los bosques nativos, alterando el equilibrio del ecosistema.
Las áreas silvestres protegidas de ITAIPU están conformadas por las reservas naturales Tatí Yupí (3.866 hectáreas), Pikyry (2.866), Itabo (18.293), Yvyty Rokái (4.864), Limoy (22.529), Carapã (4.382), Pozuelo (5.521) y el Refugio Biológico Binacional de Mbaracayú (1.356). Estos espacios verdes totalizan 63.760 hectáreas y con la franja de protección del embalse ascienden a 87.000 las hectáreas que tiene bajo su cuidado la Margen Derecha de la Binacional.
Comentarios