Alto Paraná

Monitorean con cámaras biodiversidad en la Reserva de Biósfera Itaipu

Siendo un método no invasivo y sin presencia del ser humano se puede detectar más fácilmente las especies y las actividades de estas en el lugar.



ITAIPU Binacional está llevando adelante acciones de monitoreo y evaluación de la biodiversidad en el territorio que conforma la Reserva de Biósfera ITAIPU (RBI) mediante la utilización de cámaras trampa. Actualmente, los trabajos de investigación se centran en la Reserva Natural Pikyry, una de las áreas protegidas que conforman las zonas núcleo de la RBI.

La bióloga Silvia Saldívar, coordinadora técnica del Comité Gestor de la RBI, explicó que se  colocaron  cámaras trampa en Pikyry, con el fin de monitorear a grandes y medianos mamíferos terrestres durante las 24 horas del día.

“Siendo un método no invasivo y sin presencia del ser humano se puede detectar más fácilmente las especies y las actividades de estas en el lugar. Son una buena herramienta para conocer la biodiversidad, patrones de comportamiento y estimaciones de sus poblaciones”, precisó. 

Las locaciones fueron seleccionadas al azar por un software de información geográfica, el cual emplea unos parámetros para identificar las mejores opciones de ubicación de los equipos. 

Las cámaras trampa son unos dispositivos automáticos que toman fotografías del ecosistema, específicamente de mamíferos medianos y grandes terrestres. Esto permite conocer patrones de actividad de las especies monitoreadas, estimar su abundancia y densidades poblacionales, en relación con las características de sus respectivos hábitats. 

La permanencia de estos aparatos en los sitios depende del objetivo del monitoreo. En este caso, se dejarán cámaras por los árboles, con sus respectivas cajas de seguridad, a una altura de aproximadamente 40 centímetros para poder captar imágenes de los animales monitoreados. 

Diversidad de especies  

Saldívar añadió que, con los datos obtenidos, se realiza un análisis acerca de la diversidad de especies presentes en las áreas protegidas o de interés de cacería. Con esa información se puede tener conocimiento sobre la efectividad del manejo del área protegida, enfatizó.   

Si resulta que en las reservas naturales aún se tienen especies locales de felinos, venados o pecaríes; se puede afirmar que el manejo del área protegida está siendo bueno, remarcó la profesional. 
 
Con esta metodología además se puede constatar si existen animales exóticos o domésticos que están entrando a las áreas protegidas, lo cual posibilitará tomar acciones al respecto. El fin último es conservar el equilibrio de la biósfera local, así como también detectar especies amenazadas que aún están presentes en las reservas, añadió Saldívar.