Se cumplen 44 años del desvío del río Paraná para construir la Itaipú
Hoy se conmemora el día en que se secó el techo del lecho original del torrente original.
Un 20 de octubre de 1978 fue abierto el canal de desvío del río Paraná que permitió secar un trecho del lecho original del torrente para que allí fuese construida la presa principal de hormigón de la Central Hidroeléctrica ITAIPU. El desvío tenía 2 km de extensión, 150 metros de ancho y 90 de profundidad. ¡Una proeza de la ingeniería se hizo realidad!
Han pasado 44 años de aquel histórico acontecimiento que quedó marcado en la memoria de los más de 30.000 obreros, autoridades y público presente que tuvieron el privilegio de presenciar el desvío del río Paraná, hecho que posibilitó la construcción de la represa, hoy reconocida en el mundo por su liderazgo en producción de energía limpia y renovable.
Con una ceremonia solemne, que contó con la presencia de los mandatarios de los dos países socios y sus respectivos cancilleres de aquel entonces, se marcó una de las mayores epopeyas realizadas por paraguayos y brasileños, a lo largo de la historia de las dos naciones.
Ese día, las dos ataguías arqueadas fueron demolidas por explosiones simultáneas. Su demolición tomó 3 segundos. La explosión comenzó desde el centro de los arcos y pronto se extendió a las jambas. Se volaron grupos de 3 orificios a intervalos de 20 milisegundos (milímetros por segundo, mm/s), mejorando así la fragmentación, reduciendo la expulsión de fragmentos y minimizando la intensidad de las vibraciones causadas por la explosión.
El avance y encuentro de los dos frentes de onda fueron registrados por varias cámaras de película. Los sismógrafos en la estructura de control de deflexión registraron una velocidad de vibración máxima de 20 mm/s. Todas las observaciones indicaron que el desvío del río Paraná hacia el canal de derivación se realizó sin incidentes ni imprevistos.
Este hecho emblemático, realizado a través de gigantescas implosiones que siguen retumbando hasta hoy, fue algo verdaderamente trascendente para todos los paraguayos que heredaron esta monumental obra y que, a la vez, tienen la misión de mantenerla para que siga siendo referencia mundial en producción energética y ejemplo en acciones ambientales para la conservación de la rica biodiversidad de la región.
El desvío de caudal del río Paraná marcó un antes y un después en la historia del Paraguay, así como el río tomó un nuevo trayecto, el país también lo hizo gracias a esta monumental obra que trajo consigo desarrollo socioeconómico para la nación.
Hoy, a 44 años de aquella hazaña, la ITAIPU Binacional recuerda con honor y gratitud a las personas que, a través del tiempo, cooperaron en la construcción y mantenimiento de la represa y también alienta a sus trabajadores que están y que vendrán, para que, con sentido de pertenencia y dedicación a la empresa, prosigan, con esmero y honestidad, en la conservación de este valioso aporte del ingenio humano para el mundo.
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