Tres especies de tiríkas y sus parientes están en riesgo, advierten
Estos ejemplares presentan algún nivel de amenaza, ya sea nacional o internacional, por lo que es fundamental aumentar la conciencia ciudadana.
Sin dudas Tiríka, el representante oficial de los Juegos Suramericanos Asunción 2022 que se disputaron recientemente en nuestro país, ha sido una de las principales atracciones. Con su entusiasmo y sorprendentes habilidades, el felino supo captar la atención de paraguayos y extranjeros; y, a la vez, despertar la conciencia sobre la importancia de cuidar este y otros ejemplares de la rica biodiversidad nacional.
Técnicos de la División de Áreas Protegidas de ITAIPU Binacional comentaron que en Paraguay se registran ocho especies de felinos, de los cuales tres son denominados popularmente en guaraní como tiríka: Leopardus guttulus (tigrillo o tiríka), Leopardus wiedii (margay o tiríka) y el Leopardus geoffroyi (gato de Geoffroy o tiríka). Estos ejemplares presentan algún nivel de amenaza, ya sea nacional o internacional, por lo que es fundamental aumentar la conciencia ciudadana para su preservación.
El Leopardus guttulus (tiríka o tigrillo) es uno de los pequeños felinos que se encuentra en la región Oriental del país y está presente en las áreas protegidas de ITAIPU. Es nocturno, terrestre y solitario; depende de los hábitats boscosos. De acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), esta especie se encuentra vulnerable (VU), mientras que a nivel nacional está amenazada de extinción.
El Leopardus wiedii (margay o tiríka) es un felino pequeño asociado principalmente al Bosque Atlántico del Alto Paraná (BAAPA), con cobertura de bosque denso. También se halla en las áreas protegidas de la Binacional y es una especie solitaria, nocturna, más arborícola que terrestre, en comparación con los otros ejemplares. Presenta manchas en forma de rosetas, ojos bien saltones y un pelaje denso y grueso. Por ende, también se lo llama "gato peludo".
A nivel internacional (UICN), esta especie se encuentra vulnerable (VU), mientras que a nivel nacional está amenazada de extinción.
Por último, el Leopardus geoffroyi (gato montés o gato de geoffroyi), también llamado tiríka, que fue el elegido como representante oficial de los Juegos Odesur 2022. Es una especie nativa asociada al Chaco paraguayo (región Occidental) y puede adaptarse a varios ambientes como las sabanas, montes y bosques. El Centro Ambiental de ITAIPU actualmente alberga a seis ejemplares de esta especie, los cuales están bajo cuidado humano y reciben todas las atenciones necesarias.
Es de tamaño pequeño y se lo puede confundir con un gato doméstico. Sus manchas (puntos) son oscuras y sólidas. Se trata de una especie terrestre, solitaria y nocturna principalmente. A nivel nacional e internacional, este animal está catalogado como preocupación menor. Sin embargo, sus poblaciones se están viendo muy afectadas, principalmente por la pérdida de su hábitat para cultivo y ganadería; los atropellamientos en rutas por falta de paso de fauna; y cacería.
Las principales amenazas para los felinos en Paraguay son la pérdida y degradación del hábitat; el conflicto entre humanos y especies silvestres; la caza; y los accidentes de tráfico. La participación de la comunidad es crucial para protegerlos y conservarlos, destacaron los profesionales de la Binacional. Enfatizaron que estos animales no son mascotas, por lo que instan a no promover su domesticación, más allá de las semejanzas que tengan con sus parientes los gatos domésticos.
Preservación
ITAIPU lleva adelante múltiples acciones para la preservación de los felinos y otras especies amenazadas dentro de sus 87.000 hectáreas de áreas protegidas en la margen derecha (incluye las reservas naturales y franja de protección del embalse). En estos espacios de conservación se encuentran diversos ecosistemas terrestres y acuáticos con una gran biodiversidad de fauna y flora. Mediante estas iniciativas, la Entidad custodia los últimos remanentes del BAAPA.
Asimismo, las reservas naturales de la Binacional son zonas núcleos de la Reserva de Biósfera ITAIPU (RBI), reconocida en el 2017 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), en el marco de su Programa Hombre y Biósfera. En estos entornos se realizan actividades de manejo, uso público, protección, vigilancia, investigación y gestión.
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