Estafas se solucionan con devoluciones y comercios quedan impunes
Una nueva denuncia de estafa se registró el fin de semana en el microcentro esteño, siendo nuevamente víctima un brasileño.
Las denuncias por estafa se volvieron hasta normales en el microcentro esteño, donde constantemente los compristas brasileños acuden para adquirir equipos electrónicos pero son víctimas de avivados que finalmente entregan productos falsificados o con algún desperfecto.
Francisco Adel Souza Ferreira (34), oriundo de la ciudad de Fotaleza, Estado de Ceará, Brasil; llegó hasta la tienda Le Electrónicos ubicado en el shopping Mina India, a escasos metros de la Zona Primaria de Ciudad del Este, el sábado último, para retirar un teléfono de la marca iPhone 12 Pro Max, que ya pagó vía transferencia bancaria el monto de R$ 6.550 (G. 7.205.000), a la cuenta de Ariel Narciso, empleado del local.
Al llegar al local le informaron que el teléfono no funcionaría en su país, ofreciéndole tres celulares de la marca Xiaomi, dos modelos Redmi 9 y el tercero modelo Redmi 10. Souza Ferreira rechazó la propuesta y pidió la devolución del dinero que ya había pagado, pero finalmente los encargados del local lo convencieron de llevar los tres teléfonos por el mismo valor.
DENUNCIA Y DEVOLUCIÓN
El lunes, el brasileño volvió a la capital departamental y fue a radicar su denuncia directamente ante la Policía Turística, de donde comunicaron al fiscal Edgar Torales, quien comisionó a su asistente Osmar Vallejos para intervenir el local, en compañía de la policía y la víctima.
Tras una negociación entre la partes, finalmente el encargado del local, Fernando Alexis Ramos Olmedo, decidió devolver el dinero en su totalidad a la víctima, de manera a que no sea procesado por estafa.
ARREGLO QUE NO ARREGLA
Las denuncias por presunta estafa a compristas extranjeros ya son normales en la capital departamental, dejando una nefasta imagen de Ciudad del Este. Peor aún, el trabajo de la fiscalía únicamente se basa en que el local devuelva el dinero de la víctima y así se zafan de ser procesados penalmente, dando vía libre a que los avivados sigan incurriendo en el ilícito, hasta que una futura víctima se anime a denunciarlos.
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