Basados principalmente en evidencia científica, los hábitos saludables modernos tienen una plataforma muy sólida desde donde sostenerse.

El mundo está cambiando y las percepciones sobre los hábitos también, lo que hace 30 años resultaba común y parte del imaginario colectivo como puede ser el consumo de carnes en niños menores a cinco años, ahora es visto como un problema que debe combatirse mediante la educación. Es que además de tener un mayor acceso a la información, por suerte estos malos hábitos del pasado están quedando atrás ante una postura más abierta de la población en general.

Basados principalmente en evidencia científica, los hábitos saludables modernos tienen una plataforma muy sólida desde donde sostenerse. Ya que por ejemplo en el caso de la carne, existen grandes riesgos para la salud de los más chicos. En otros casos, como por ejemplo realizar actividad física, desde la OMS advierten que los riesgos del sedentarismo en los más chicos incluye la posibilidad de terminar con enfermedades no transmisibles, como es la diabetes tipo 2.

En particular los hábitos alimenticios están entre algunos de los más importantes, ya que según distintos científicos de la Universidad de Carolina Riverside, implementar este tipo de conductas con los niños desde jóvenes tendrá numerosos beneficios a futuro, como por ejemplo una notoria reducción de la ansiedad en los adultos, así como menores riesgos de terminar con obesidad u otros problemas crónicos.

El estudio, que se llevó adelante en animales de laboratorio, descubrió que aquellos que realizaban ejercicio y se alimentaban saludablemente tenían una sobrevida mayor que el promedio de los demás, mientras que su calidad de vida a lo largo del tiempo era muy superior. Considerando las conclusiones del estudio, realizamos un compendio de los mejores hábitos alimenticios para tener en cuenta con los más chicos:

Fomentarles que aprendan sobre alimentación saludable: los chicos entienden todo si se lo explicamos correctamente, una buena forma de hacerlo es entenderlo nosotros mismos. Educarnos sobre nutrición tendrá no sólo beneficios para ellos sino para el conjunto familiar.

Cultivar una huerta: si tenemos patio, o bien un balcón, podemos incluirlos en un proyecto de huerta para que ellos vean crecer los vegetales y sea más fácil sumarlos en la dieta cotidiana. Además, será una actividad al aire libre y algo de sol (en los horarios permitidos) será muy beneficioso para su sistema inmune.

Tener comida saludable en stock: no hay nada peor que encontrarse en la situación de no tener nada saludable para ofrecerles y recaer en hábitos que estamos tratando de combatir. Si vemos que se acerca la hora de comer y no tenemos nada, podemos recurrir a que nos entreguen alimentos saludables desde PedidosYa Market que entrega en el mismo día.

Un arcoíris en el plato: una de las recomendaciones más importantes es que se consuman vegetales y frutas de todos los colores, simulando un arcoíris y ayudándoles a comer desde el juego.

Ser un buen modelo de rol: los chicos aprenden mucho de nuestras conductas, si pretendemos que coman sano y nos ven comiendo papas fritas, no vamos a poder inculcarles algo sano. Debemos seguir el camino que queremos que sigan.

Mantener rutinas: comer a la misma hora generará un hábito que le indicará al organismo de los más chicos que llegó la hora de comer y tendrán hambre siempre en el mismo momento del día.