Un milagro de vida se registró en la madrugada del miércoles en la esquina del cuartel de Bomberos de Ciudad del Este, ubicado entre el Área 4 y el barrio Santa Ana de Ciudad del Este, donde una mujer dio a luz a una niña con la asistencia de una playera y taxistas apostados en el lugar. La recién nacida y la madre se encuentran en buen estado de salud.

Jannina Córdoba, empleada de una estación de servicios habilitada recientemente en la zona estaba firme como siempre en su horario, pero ésta vez fue bastante “particular” porque en medio del silencio de las 02:40, dos mujeres que se desplazaban en una motocicleta quedaron varadas en el lugar.

Con intención de ayudar ante un posible desperfecto del biciclo, pero un poco de dudas, Jannina se acercó a las mujeres. La conductora le pidió que ataje a su acompañante, de unos 25 años aproximadamente. Grande fue su sorpresa al ver que estaba embarazada y en medio de trabajo de parto.

 “Cuando me agacho, la mujer dio a luz en mis manos a una niña. No pude creer. Me quedé arrodillada y le cubrí con una mantita que tenía la mujer”, contó.

En medio del asombro por la situación pidieron ayuda a los taxistas apostados en la esquina, quienes fueron a pedir ayuda a los Bomberos Voluntarios, pues todo ocurría frente al cuartel.

“Llamé al 911 con el bebé en mis brazos, no podía moverme”, siguió relatando Jannina. “La mamá se estaba por desvanecer y le pasábamos alcohol por la nariz para que no se desmaye, mientras lloraba y perdía sangre”, agregó.

Largos se hicieron los minutos mientras esperaban por una ambulancia, pues los bomberos debían equiparse con los trajes de bioseguridad en medio de la insistencia para asistir a la joven madre y su pequeña recién llegada al mundo.

Al fin llegó una ambulancia al lugar y la madre y su niña, quienes seguían unidas por el cordón umbilical, fueron llevadas hasta el Hospital Regional, donde quedaron bajo cuidado de los médicos y con buen estado de salud.

UNA EXPERIENCIA INOLVIDABLE

Mientras la policía tomaba los datos para poder llevar el biciclo de las mujeres y acompañarlas al hospital, un señor se acercó hasta ellas y comenzó a predicar la palabra de Dios, “pero de los nervios no le hice mucho caso”.

Los socorristas subieron a las mujeres a la ambulancia y el desconocido le dio su campera para que limpie sus manos. “Al darme la vuelta se fue la ambulancia y el señor ya no estaba. Fue una experiencia muy fuerte. Aparecí en el momento exacto para salvar la vida de la hermosa nena y estoy muy agradecida por el milagro”, dijo emocionada la joven.