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Experto del BID aconseja más calidad en gestión de agua y saneamiento

Desde el BID reconocen los avances significativos en el Paraguay respecto a los retos que implican los logros de los ODS.



Según el ingeniero José Francisco Manjarrés, especialista del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), reconociendo los avances significativos del país respecto de los retos que implica el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), Paraguay tiene la oportunidad de consolidar la jerarquía institucional del sector de agua y saneamiento, mejorar su capacidad de gestión, con una asignación presupuestaria suficiente y celeridad en los procesos y en la ejecución de las obras.

Manjarrés aportó su experiencia en un reciente evento virtual, en el que se presentaron los principales hallazgos de un análisis sobre el servicio de agua y saneamiento en Paraguay elaborado por un equipo de expertos del Banco Mundial (BM).

En su criterio, además de continuar avanzando en el fortalecimiento de la institucionalidad sectorial, el importante esfuerzo financiero y técnico que viene desplegando el gobierno nacional debe reflejarse adecuadamente en la percepción de eficiencia y transparencia, informando respecto de las acciones y desempeño de los entes responsables de agua y saneamiento, para una mayor visibilidad de las acciones institucionales y los resultados sectoriales, en beneficio de la ciudadanía en general.

Complementando los aspectos resaltados en el documento del BM, el especialista señaló que “Las acciones imprescindibles implican adicionalmente reflexionar sobre el rol del actual prestador de servicio público de agua y saneamiento, su esquema de gobernanza corporativa y la capacidad de asumir la infraestructura y brindarle sostenibilidad (…) Los usuarios tendremos que asumir mayor porción de gastos si queremos servicios confiables, focalizando los subsidios en las familias de menor capacidad de pago”, explicó el especialista.

En cuanto a las asignaciones presupuestarias para el financiamiento sectorial, Manjarrés mencionó que un plan de inversión sectorial, con visión de mediano y largo plazo, brindará capacidad técnica y facilitará la incorporación de nuevas opciones tecnológicas para enfrentar desafíos actuales y futuros, favoreciendo la sostenibilidad y autonomía de los prestadores. Añadió que, además, se requiere contar con proyectos estructurados, adecuada capacidad de gestión y ejecución, y condiciones de sostenibilidad de las inversiones.

La necesidad de incorporar talento humano cualificado al sector, con nuevas ideas frente a las posibilidades tecnológicas actuales, y con nuevos modelos analíticos y de gestión, que refresquen la dinámica de los procesos y toma de decisiones, también forman parte de las necesidades del sector, según el experto del BID.

Si bien muchas instituciones en el país invierten en el sector, Manjarrés mencionó que hay oportunidades para una mayor efectividad e impacto de las diferentes iniciativas, promoviendo su articulación y coordinación de manera que la atención de las necesidades coyunturales y de mediano y largo plazo, permita optimizar la aplicación de los recursos disponibles y propiciando la sostenibilidad presupuestaria y técnica de las intervenciones.

En resumen, abogó para que se continúe “mejorando la capacidad de ejecución, con el fin de lograr más con lo mismo.” Agradeciendo la confianza depositada, resaltó que el BID continuará acompañando los esfuerzos del país para el desarrollo de la infraestructura necesaria y consolidar las transformaciones sectoriales en marcha, trabajando colaborativamente con las otras instituciones de desarrollo vinculadas al sector.

EFECTOS ADVERSOS

El análisis presentado por el BM indica que, en Paraguay, la ausencia o deficiente calidad de los servicios de abastecimiento de agua y de saneamiento generan efectos adversos, estimados en 1,6% del Producto Bruto Interno.

Además del análisis documental, el reporte es producto del diálogo con los principales actores del sector. Identifica desafíos clave y proporciona un conjunto de recomendaciones para mejorar las políticas, instituciones y regulaciones, en procura de servicios de agua y saneamiento de calidad, sostenibles e inclusivos.