Nuevo nuncio apostólico del Paraguay fue ordenado obispo
a ordenación episcopal fue conferida por el cardenal Pietro Parolin, quien dirigió palabras de elogio y aliento a su colaborador.
En la Basílica Vaticana se celebró la ordenación episcopal de monseñor Vincenzo Turturro, recientemente designado Nuncio Apostólico en Paraguay, quien llegará al país para representar a la Santa Sede.
La ordenación episcopal fue conferida por el cardenal Pietro Parolin, quien dirigió palabras de elogio y aliento a su colaborador, ahora llamado a representar al Papa en Paraguay.
El Papa Francisco también estuvo en la ceremonia y luego del rito de la unción crismal y a la entrega del Evangelio, el anillo, el palio, la mitra y el báculo, abrazó a su nuevo representante en Paraguay.
La presencia de Paraguay fue igualmente significativa en la ceremonia, ya que el folleto litúrgico utilizado para la ocasión presentó en su portada la Imagen del Espíritu Santo de la Santísima Trinidad, proveniente de las misiones jesuíticas, la cual forma parte del Museo de Arte Sacro de Asunción.
Así también, monseñor Turturro expresó sus primeras palabras al país, mediante una carta enviada desde esta Basílica «a la Iglesia que camina en Paraguay».
«La bondad solícita del Papa Francisco, las manos pacientes del cardenal Pietro, el corazón audaz de los superiores y hermanos de la Secretaría de Estado me envían a ti, querida Iglesia del Paraguay. No conozco las muchas riquezas que te embellecen, pero ya siento que te amo», expresa parte del escrito.
La Embajada del Paraguay ante la Santa Sede organizó un encuentro en honor al Nuncio Apostólico.
Durante el encuentro, la embajadora del Paraguay ante la Santa Sede, Leticia Casati, compartió unas palabras, deseando a monseñor Turturro éxito en su misión en Paraguay.
Enfatizó la importancia del papel pastoral del Nuncio Apostólico en una Nación mayoritariamente católica y fiel a la Santa Madre Iglesia. Además, reiteró el apoyo y la amistad del pueblo paraguayo hacia él.
Por su parte, monseñor Turturro expresó su agradecimiento a la Embajadora Casati y al pueblo paraguayo por las muestras de afecto y amistad recibidas. Se encomendó a la Virgen de Caacupé para guiarlo en su servicio a cada persona, obispo, sacerdote y ciudadano paraguayo.
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