Obispo arremete contra poderosos en quinto día de novenario de Caacupé
Criticó a los “poderosos” que atentan contra los bienes de la naturaleza
El mensaje de la homilía del quinto día de novenario en honor a la Virgen de Caacupé, estuvo centrado en la crítica a los “poderosos” que atentan contra la naturaleza. Pidió escuchar el clamor de la tierra y el de los pobres.
Este sábado se celebra el quinto día de novenario bajo el lema “Alabanza al creador y cuidado de nuestra casa común”, a cargo del monseñor Mario Melanio Medina, obispo emérito de San Juan Bautista Misiones.
En la oportunidad, criticó a los “poderosos” que atentan contra los bienes de la naturaleza, que según dijo, sufre, llora y clama por acciones que puedan salvaguardarlas. “Cuando la humanidad se dé cuenta que no se puede comer el dinero ya será tarde”, subrayó.
Mencionó que la gente en el campo quiere consumir productos sanos y pidió evitar el uso desmedido de agroquímicos. “Los que causan las catástrofes ecológicas son los poderosos, llamados empresarios, terratenientes, agroexportadores, por supuesto con excepciones rabiosas que solo quieren tener más y más”, aseveró.
En ese mismo sentido, destacó la necesidad de exigir que las tierras sean entregadas a los campesinos e indígenas para que haya paz en la nación. Pidió que los paraguayos y paraguayas dejen de lado el conformismo y exijan más resultados a sus autoridades.
Igualmente señaló que la codicia y la ambición desmedida terminan golpeando a las familias en situación de vulnerabilidad. “Necesitamos que el Indert pueda funcionar realmente y que sea útil para los campesinos”, alegó.
En otro momento de su homilía, Medina planteó que el Instituto Paraguayo del Indígena (INDI) sea elevado a la categoría de ministerio a los efectos de que pueda atender mejor las necesidades de las comunidades indígenas, mediante un presupuesto adecuado para el efecto. “Pedimos a nuestras autoridades que escuchen a los indígenas y campesinos”, remarcó.
Además mencionó que la entrega de la soberanía alimentaria, energética, de la tierra, y la deforestación irracional, ofenden al creador, ya que castigan a los más necesitados.
“No podemos dejar de reconocer la destrucción ecológica como consecuencia de la corrupción debe plantearse socialmente, integrando la justicia para escuchar el clamor de la tierra como el clamor de los pobres”, añadió al tiempo de reclamar que en las intervenciones sobre los recursos naturales predominan los intereses de grupos económicos que arrasan irracionalmente las fuentes de la vida.
Por otro lado, lamentó la mala utilización de los bienes públicos, principalmente en las binacionales y en ese contexto, hizo un llamado para que dichos recursos sean destinados a la educación, “un problema serio”, reconoció finalmente.
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